
¿Cómo se podría mejorar el reparto sin que tenga que intervenir un árbitro o sin tener que recurrir a costosos sistemas de medición de trozos de tarta?
Se pueden cambiar las reglas del juego.
Si queremos un reparto equitativo, podemos establecer que uno de los comensales parta la tarta y el otro elija. El que parte la tarta se cuidará mucho de que uno de los trozos no sea mucho más grande que el otro porque sabe que el otro comensal se quedará con el trozo más grande.
El ejemplo de la tarta puede parecer ingenuo pero las aplicaciones serias de este tipo de juegos abundan. A las reglas del juego, en la jerga económica, se les llama mecanismo, y a la tarea de imaginar mecanismos en distintos escenarios y para alcanzar distintos objetivos se le llama diseño de mecanismos. A eso han dedicado su carrera académica Hurwicz, Maskin y Myerson, los tres economistas a los que se acaba de conceder el premio Nobel, según informa El País y comentan dos profesores de ESADE.
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