miércoles, 24 de octubre de 2007

Falta de madurez

El poco valor que tiene una licenciatura en España tiene mucho que ver con lo que los estudiantes no aprenden en nuestras universidades. Hemos convertido nuestras licenciaturas en una simple carrera de obstáculos (exámenes) en la que cuenta más no derribar la valla que aprender algo del mundo que en el que vivimos. Peor aún: si se aprende algo, aunque sólo sea un poco, no se aprende a aplicarlo.

Así, no sorprenderá a nadie que los empleadores se quejen de la “carencia de habilidades sociales, escasa adaptabilidad, falta de madurez y el eterno talón de Aquiles de los idiomas”.

Sin ninguna duda, la universidad es en gran medida responsable de este fracaso. Si hiciéramos una lista de los motivos, no acabaríamos en dos días pero podemos resaltar la escasa innovación pedagógica y el nulo control de calidad de la docencia.

¿Ideas para una reforma? Podríamos empezar por dejar de ser el país de Europa que menos gasta en educación superior por estudiante. El siguiente gráfico, tomado del Bruegel Policy Brief 2007/4, habla por sí solo.


Las universidades españolas no funcionan como debieran. Ahora bien, desde la perspectiva del estudiante la actitud a adoptar no es la del fatalismo: Examina bien de qué se quejan los que te contratarán algún día y reacciona.

P.D.: Notaremos que a pesar del escaso gasto por estudiante, 5.200 euros al año, no es poco en términos absolutos: 864.000 de las antiguas pesetas. Esto debería dar que pensar a los que contribuyen a que licenciaturas de 4 años se acaben en una media de 7,5 años.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Su argumento además de falaz me parece injustificado:

Primero, creo fervientemente que una mayor inversión en educación superior no es razón para justificar "el poco valor que tiene una licenciatura" o la escasa calidad que tiene la educación superior en España.

Son las directrices que marca en gobierno en materia de educación las que fallan; porque he de recordarle que los edificios se caen si los cimientos adecuados, y desde luego, la ley que rige la eduación media no es que roce la excelencia... Y naturalmente, sin este sustento no hacemos nada.

De todas formas, si a lo que apunta es a la escasa innovación y al nulo control de la calidad en la docencia, le diré también que precisamente lo más contrapruducente que se me ocurre sería elevar el gasto estatal en esta materia. Precisamente si convergiesemos hacia un modelo que se plantease privatizar la universidad, todos saldríamos ganando.

Primero, porque gracias a la educación subvencionada hasta lo irrisorio, nuestros estudiantes permanecen en las carreras años y años sin que nada pueda evitarlo, siendo esto una estafa tanto para el sistema universitario como para el contribuyente, que destina una proporción de sus impuestos a la financiación de estas matrículas. Le aseguro que si esta financiación dependiese de un crédito bancario en vez de el dinero de los demás, todo el mundo se daría algo más de prisa en estudiar.

Siguiendo esta línea argumental, lo que está claro es que si las universidades siguen siendo financiadas al mismo nivel que el actual, no existe absulutamente ningún incentivo a mejorar en absolutamente nada ni la calidad ni la cantidad de investigaciones que se llevan a cabo (y creo que no tengo que explicar ahora las bondades de la competencia), a lo que también se suma el hecho de que el "mercado" laboral en el que se mueve la educación sea completamente rígido, y por lo tanto dificilmente se pueda despedir a nadie. También le puedo asegurar que si los alumnos fuesen los que se pagasen sus estudios, también se implicarían algo más en querer recibir calidad.

Pero la prueba fehaciente de lo que dice usted es simple y llanamente mentira, es el propio sistema universitario norteamericano, dónde le recuerdo, sale un número ingente de futuros empresarios y excelentes investigadores y científicos (y si no me cree, repase desde las estadísticas y la cantidad de innovación que desde ese país se presenta, hasta el número de premios Nobel que tiene EE.UU.)

Por otra parte, y corríjame si me equivoco, me parece contraproducente hablar de calidad en la enseñanza y apostar decididamente por los modelos del "Tuning" que se impulsan desde el marco de la reforma del EEES, dónde se proponen como soluciones "geniales", entre otras, la supeditación de los contenidos empresariales (hablar en público, prácticas en empresas, sepa usted informática...) a los contenidos propios de las carreras, por no hablar de la eliminación completa de muchas de ellas.

Me parece estupendo y necesario que el mundo empresarial tome contacto con la universidad, pero siempre y cuando los contenidos de la misma sean cada vez mejores, y sin dejar de lado lo verdaderamente esencial: APRENDER.

En cualquier otro caso lo que tendremos son analfabetos funcionales... Eso sí, con un nivel óptimo de "speaking".

Se trata de sumar y no de restar.

Un saludo.

Anónimo dijo...

El poco valor de las licenciaturas no tiene mucho que ver con lo que se aprende en nuestras universidades, sino que, como todo, se rige `por la oferta y la demanda.
Viendo el gráfico se observa que el gasto español respecto al PIB es similar a la UE25, pero sin embargo el gasto por estudiante es la mitad. Hay poco gasto comparado con los paises que más gastan pero también se observa que tenemos un mayor número de universitarios por PIB que la UE25.
Si se valora poco las licenciaturas en España es porque hay más de las que las empresas demandan, por lo tanto caen los precios.

Anónimo dijo...

¿Pero a qué nos referimos cuando hablamos del valor de una licenciatura?¿Al grado y calidad de los conocimientos que el alumno recibe o a la situación del mercado laboral?

Si bien estas dos cuestiones están íntimamente relacionadas, conviene matizar la cuestión, puesto que no es lo mismo A que B.

Efectivamente, si los salarios de licenciados en este país experimentan cada vez una menor diferencial respecto a los sueldos de aquellos que no han estudiado en la universidad, es porque existe actualmente una menor demanda respecto a la oferta actual, cosa que no ocurría hace algunos años.

Pero también conviene señalar la existencia del salario mínimo en este país, que de no existir, probablemente provocaría que el diferencial fuese mayor, puesto que si bien el ajuste entre oferta y demanda en el mercado de trabajo primario se sitúa por encima de la retribución mínima (aunque este hecho influye en las "negociaciones"), para el ajuste en el mercado secundario existe un tope a la baja, con lo que al menos que las retribuciones para la minoría cualificada suban (y ahí el otro concepto de valor de la licenciatura), los diferenciales no harán más que descender. Y esto es peligroso hasta el punto en que puede desincentivar la necesidad de formación en este país, máxime cuando desde la universidad se apuntan a modelos basados en la rentabilidad de las carreras.

Por otra parte, las estadísticas son dudosas, puesto que no nos informan si estos son los sueldos medios de los licenciados que ocupan puestos que corresponden a su preparación, o si por el contrario son los sueldos medios de todo aquel licenciado inscrito en el mercado laboral.

Me parece vergonozoso tal falta de rigurosidad en un blog de economía.

Un saludo.

Christophe dijo...

Para empezar diré, como universitario que soy, que no estoy del todo de acuerdo en cuanto a su afirmación de que no aprendemos en las universidades actuales. No sé exactamente en que se basa para sostener su argumento pero si es por la opinión de los empresarios me parece absurdo. Siempre va a haber empresarios quejándose de la falta de preparación de los jóvenes licenciados. Pero precisamente esos empresarios son los que no están dispuestos a pagar buenos salarios para conseguir ese bien escaso que es un “super-licenciado”.
Ahora bien, que las universidades españolas tienen problemas nadie lo duda, que falta dinero puede ser, pero que se malgasta el dinero es un hecho. No hay más que pasearse tranquilamente por el campus de Vigo para observar la cantidad de elementos arquitectónicos completamente inútiles, luces encendidas de día, calefacción sin control, algunos funcionarios poco eficientes,… por lo tanto yo antes que incrementar el gasto en educación superior presionaría para mejorar la gestión de los recursos actuales.

Elsene dijo...

En España se gasta demasiado poco en demasiados estudiantes. El resultado es poca calidad de la enseñanza y una sobreproducción de licenciados con un nivel medio de formación muy bajo.

Así pues, como apunta Hector, la primera parte del problema es la sobreoferta de licenciados. La segunda es que en un mundo donde cualquiera se puede sacar una licenciatura, ésta deja de constituir una señal: es muy difícil distinguir a los buenos de los malos porque todos tienen el mismo título (1). Hay, desde luego, licenciados espabilados que al acabar sus estudios, tarde o temprano, saldrán adelante, pero al principio habrán de luchar duro por demostrar quiénes son.

A Christophe le diría que no me baso en la opinión de los empresarios sino que, observando a mis estudiantes, estoy de acuerdo con ellos: la mayor parte de mis estudiantes (no todos) tienen serios problemas para leer y apenas saben expresarse, ni oralmente ni por escrito, por no hablar de usar la lógica y encadenar dos o tres argumentos con sentido común, al menos al nivel que requieren unos estudios universitarios.

Por lo demás, Christophe, lo cortés no quita lo valiente: más gasto debería ir acompañado de más control. Sin ningún lugar a dudas.

(1) Los estudiantes de economía podrían echar un vistazo al artículo ya clásico de Michael Spence (1973) "Job Market Signaling," Quarterly Journal of Economics, 87(3), 355-374 [jstor].

miguel_glez dijo...

Sinceramente, la universidad está, para mi, mal enfocada. He hablado con alguna persona que estudió fuera, y por ejemplo un amigo me explicó como funciona en USA la universidad en la que el estaba. Principalmente se busca que los estudiantes trabajen día a día, los exámenes finales son un mínimo en la nota final. Lo que se busca es que aprenda, busque y trabaje sobre las asignaturas. En este país, se puede fomentar que los alumnos no vallan a clase y estudien al final lo justo para aprobar, habiendo aprendido realmente mucho menos que alguien que va a clase, busca y trabaja como en USA.

miguel_glez dijo...

continuación. (me condunfía al darle a vista previa).
También puede deberse a que aquí realmente no van los mejores estudiantes a la universidad, va la mayoría, aunque realmente no valgan para ello, hechándose años y años para sacarse un carrera. No se busca la excelecia sino la suficiencia, es por esto por lo que tal vez se quejen nuestros empresarios. Y como última queja el sistema de profesorado. Aunque hay muchos buenos profesores, no lo pongo en duda, el hecho de que alguien halla sacado notas excelentes en su carrera y su doctorado no implica que sea un buen docente. Hay profesores que no transmiten nada y otros muchos que nos les preocupa en absoluto las condiciones de los alumnos, ellos cojen dan clase corrigen los exámenes, suspenden a cuantos más mejor y aún deben creerse buenos docentes. Yo creo que deberían prepararse también a los profesores para dar clases, y si alguien no vale, no aceptar que sea docente.

Elsene dijo...

Uno. Creo que es muy difícil ser un buen docente si no se investiga. Que sea condición necesaria, sin embargo, no significa que sea suficiente. Eso está claro.

Dos. Los malos estudiantes, la mayoría, al menos en los primeros cursos, perjudican a los buenos estudiantes. Sin ninguna duda. Rebajando el nivel medio de los cursos, molestando directamente a sus compañeros, desmotivando a los profesores, si es que estaban motivados, oponiéndose a cualquier cambio, aunque sea para bien, y un sinfín de motivos más.

Tres. Si es cierto el alumno medio es mediocre, no es menos cierto que el profesor medio de la universidad española es, sencillamente, de vergüenza ajena. De esto seguro que no tengo que convencer a ningún (buen) estudiante. Pero es lo que hay. El (buen) estudiante tendrá que buscarse la vida y no buscar excusas en la mediocridad de sus profesores.

Cuatro. Tengo el privilegio, o la desgracia, de ser profesor universitario. Todos mis intentos de modificar la manera en que enseña y se gradúa a los estudiantes, un poco a la americana, se han estrellado contra la indiferencia, cuando no activa oposición, de los (malos) estudiantes.

Estamos metidos en buen lío, y no está claro cómo salir de él.