Pide hoy un lector de El País que se condone la deuda hipotecaria a los españoles igual que se pide la condonación de la deuda exterior de los paises pobres.
Tiene cierta gracia. Estoy por salir corriendo a comprarme un Audi A8 a crédito. No puedo pagármelo —qué más quisiera yo— pero la semana que viene puedo pedir la condonación de la deuda.
La carta me produce una sensación de déjà vu.
domingo, 29 de junio de 2008
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