Esta semana el Financial Times ha publicado una serie sobre las remesas, las partidas de dinero que los emigrantes envían de vuelta a casa. Los artículos son fascinantes e incluyen historias de sacrificio pero también de solidaridad, con la familia y con la comunidad.
Menos fascinante, empero, es el impacto que se espera de esas remesas en el largo plazo. Aunque las remesas ayudan a esas familias y comunidades en lo inmediato, no parece que contribuyan a cambiar sus perspectivas de desarrollo.
Una lección importante de la que deberían tomar nota los partidarios de la ayuda al desarrollo.
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