domingo, 16 de septiembre de 2007

La independencia del BCE

Nicolas Sarkozy es ubicuo, y no contento con atribuirse directamente las funciones de su ejecutivo —a pasado por encima de sus propios ministros más de una vez—, ahora pretende hacerse con la función de gobernador del Banco Central Europeo, según informa la prensa.

Los bancos centrales tienen un poder inmenso cuando hacen las cosas mal, y muy poco poder cuando las hacen bien. Nada pone más los pelos de punta que ver la política monetaria otra vez en manos de políticos con intereses de cortísimo plazo. Ya hemos hablado de esto en alguna otra entrada, y los ejemplos, desgraciadamente, no se limitán a Irán o Zimbabue; hay muchos.

Alan Blinder, en sus Lionel Robbins Lectures (1), explica muy bien los motivos que tenemos para conceder y proteger la independencia del banco central.

(1) Alan S. Blinder, Central Banking in Theory and Practice, MIT Press, 1998. Traducido como: El banco central: teoría y práctica, Antoni Bosch, 1999.

Actualización 24/09 - Trichet no ha tardado en discutir las pretensiones de Sarkozy.

2 comentarios:

Francisco Álvarez dijo...

Nicolás Sarkozy ha abierto un debate sobre la independencia del Banco Central Europeo. Lo que Sarkozy plantea es llevar a cabo una revisión a fondo del diseño de la política monetaria europea. El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, ha advertido que el respeto a la independencia del BCE resulta esencial para el futuro del euro. Sarkozy achaca a la fortaleza del euro la falta de competitividad de la industria francesa y acusa al BCE de pasividad ante la continua apreciación del euro frente al dólar. Hay varios argumentos a favor de la independencia de la banca central:
-existe una relación positiva clara, contrastada empíricamente, entre grado de autonomía de la autoridad monetaria y estabilidad de precios. Aunque muchos opinan que es la dinámica en favor de la estabilidad de precios la que induciría, entre otros cambios institucionales, la mayor autonomía del banco.
-si la autonomía se ha extendido tanto es debido, sobre todo, a la gran relevancia que la credibilidad tiene para las políticas económicas actuales.
-otro argumento es la definición técnica, y no política, de la política monetaria. La fijación de los objetivos monetarios y los correspondientes instrumentos de control deberían hacerse por profesionales de la economía, y mantenerse por tanto al margen de conflictos partidistas.
También hay objeciones a la independencia, por problemas de legitimidad, por problemas de coordinación y coherencia con otras políticas (la fiscal, comercial… están en manos de los gobiernos). Si bien es verdad que la autonomía no está exenta de problemas, no deberíamos olvidarnos de los éxitos alcanzados por muchos bancos centrales que tuvieron y tienen un elevado grado de autonomía.

Elsene dijo...

Yo no diría que la política monetaria es una cuestión meramente técnica; a veces no es evidente cuál debería ser la prioridad del Banco en el corto plazo: si mantener la estabilidad de precios o el nivel de empleo. Más razonable es la idea de la credibilidad: necesitamos equipos estables al frente de los bancos centrales. Sin embargo, a mi modo de ver, el principal argumento a favor de la independencia tiene que ver con los incentivos perversos que un gobierno puede tener, por ejemplo, justo antes de unas elecciones.