Pide hoy un lector de El País que se condone la deuda hipotecaria a los españoles igual que se pide la condonación de la deuda exterior de los paises pobres.
Tiene cierta gracia. Estoy por salir corriendo a comprarme un Audi A8 a crédito. No puedo pagármelo —qué más quisiera yo— pero la semana que viene puedo pedir la condonación de la deuda.
La carta me produce una sensación de déjà vu.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario