A veces, sin embargo, basta con mirar a la fotografía para saber si alguien se está quedando con nuestro dinero. El siguiente gráfico, tomado de un artículo de El País, resume los resultados de un estudio de la OCDE sobre acceso a Internet. Teniendo en cuenta que la tecnología —esto es, los costes— debe ser más o menos la misma en todos los paises, huelgan más comentarios.

Los interesados en los detalles pueden consultar el portal de banda ancha de la OCDE.
2 comentarios:
Estarían muy acertadas sus aseveraciones respecto de los elevados precios en el mercado de la "banda ancha" española de no ser porque estas son falsas.
Y digo esto por tres razones fundamentales:
Primero, porque la estadística que se muestra en el periódico está más que sesgada y por lo tanto la información que se ofrece está manipulada (lo que no extraña en un medio tan "profesional" como El País), ya que en ningún momento se nos dice qué metodología se ha llevado a cabo para el cálculo de los precios que aparecen en la tabla. Es de todos sabido que no existe una cuota mensual única, dada la existencia de diferentes opciones y modalidades.
Esto me lleva a pensar en varias posibilidades:
a) Que se haya hecho arbitrariamente. (Sin comentarios)
b) Que se hayan escogido precios para el mismo tipo de conexión en cada país, con lo cual mi pregunta ahora es si se han seleccionado las calidades más altas de conexión o por el contrario se han seleccionado las calidades "promedio".
c) Que se haya elaborado la tabla de precios en función de la "cuota media" que paga cada consumidor, lo que aparte de ser ridículo metológicamente hablando, es además falso y falaz, puesto que en la vida verá usted a persona alguna pagar en España, a estas alturas, 67,7 dólares al mes por este servicio, o lo que es lo mismo, aproximadamente 55 euros. Quizás sea cierto en el caso de que se use la metodología descrita en el apartado b), y por lo tanto este sea el precio que en nuestro país tendríamos que pagar para un servicio similar (de calidad se supone) en cualquier país de la tabla. Lo que desde luego está claro es que el autor del artículo no nos lo piensa aclarar.
Segundo, si la velocidad y la calidad del servicio de telecomunicaciones y telefonía en España es malo, no se debe tanto a que ahora funcione mal la competencia entre empresas (razón que intuyo es la que concluye un periódico tan progre como este), sino a que simplemente en este país la empresa Telefónica de España ha constituido un monopolio puro y duro durante largos años, y mientras en otros paises ya disfrutaban en los 80 de las ventajas del libre mercado (con la innovación tecnológica que eso conlleva), aquí no había absolutamente ningún incentivo a invertir por parte de esta compañía, con lo que no se extrañe de por qué en pleno siglo XXI en el país de la pandereta tenemos un modestísimo par de cobre frente a la extendidísima fibra óptica que ya opera desde hace años en los paises que lideran el ranking de velocidades.
Tercero, y en la línea del segundo argumento, le diré que NO, los costes NO son los mismos (ni más ni menos) en todos los paises.
Como ya le comenté antes, aquí en España tenemos aún mucho par de cobre operando (amén de sitios a los que no ha llegado ni eso), y como usted sabrá, la liberalización del mercado de las telecomunicaciones no se efectuó hasta la entrada en el gobierno de José María Aznar (y sobre lo que hizo este personaje habría mucho que decir, pero eso mejor en otro momento), justo en los albores de la explosión tecnológica que vive el primer mundo actualmente.
Resumidamente, con la liberalización de dicho mercado, llegó la competencia a Telefónica, pero el problema fundamental es que toda esta debía de operar a través de la vieja infraestructura existente, con el consiguiente encarecimiento de precios (uno debía pagar la cuota de Telefónica, y después, la del operador de internet). Pero como las empresas competidoras se hartaron debido a la pérdida de clientes que provocaba esta situación, y a Telefónica tampoco le hacía gracia argumentando saturación en sus lineas, se dio posteriormente via libre para que muchas de estas montasen su propio aparato de infraestructuras, lo cual, a priori, a todo el mundo le pareció muy bien... menos a los usuarios claro.
El problema ahora estribaba en la escasa movilidad resultante de las famosas "clausulas de permanencia", que ataban a los usuarios a las compañías durante un período de tiempo de al menos un año, esto justificado en parte por la amortización del pago de la inversión en infraestructura por parte de la misma o en el pago de cuotas a Telefónica en la nueva situación.
Pero como los consumidores se hartaron, ¡tachán!, las leyes que permitían dichas clausulas se eliminaron... y ahora viene el problema gordo de verdad.
Como cada usuario se podía dar de baja e irse al día siguiente de firmar un contrato a la compañía rival, las TICs pensaron (muy razonablemente) lo siguiente: ¿Para qué me voy a molestar en invertir un duro en infraestructura, en llevar fibra óptica aquí o allá, en servir telefonía a X pueblo, si después ese cliente puede irse comodamente a la puerta de al lado, usando la línea que yo he construído?
Pues pensando así, y gracias a la exclusión voluntaria de la red general de ciertas compañías de cable (véase ONO, R, etc), no tenemos un nivel minimamente aceptable en cuanto a conexiones en este país, y así nos va...
Parece ser que las compañías españolas no conocen el modelo de Joint Ventures que se ha llevado en otros países y que tan buenos resultados ha dado sin tener que comprometer el avance estructural al apoyo económico del gobierno, aunque dicho sea de paso, este tampoco se moja ni hace absolutamente nada en este sentido, aún a pesar de tener un ministerio al caso.
En fin, señor Elsene, este es el argumento y no otro. Así que la próxima vez de hablar de choriceo y de "mala" competencia, hágalo en condiciones y con fundamento, y no dándonos gato por liebre con artículos sacados del brazo mediático del PSOE.
Un saludo afectuoso, que a pesar de todo su blog me parece muy acertado.
El estudio es de la OCDE, una institución relativamente respetable algunos de cuyos economistas conozco y me parecen gente muy razonable y bien preparada.
Por lo demás, el comentario resulta un poco sorprendente porque critica el post dándole la razón: el problema es la posición de ventaja de Telefónica como antiguo monopolio público.
En cuanto a la prensa, lo que cuenta no es tanto lo que se publica sino como lo lee uno. La honestidad es primero con uno mismo, y la opinión de los demás, en este sentido, me resulta indiferente.
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